La existencia de patógenos peligrosos para el ser humano ha sido
documentada desde hace siglos. Sin embargo, no fue hasta finales del siglo XX
en que se establecieron los lineamientos para su manipulación de una forma
segura en instalaciones especializadas conocidas como Laboratorios de
Bioseguridad Nivel 3 y 4. Estos laboratorios se caracterizan por exigir
prácticas microbiológicas, equipo y medidas de seguridad que permiten
generar un medio ambiente seguro para el profesional del laboratorio y el
medio ambiente, para prevenir una exposición riesgosa.